La escena era horrible, la ciudad estaba oscura, las nubes negras y el humo de la batalla, ocultaban la luz del Sol. Montañas de escombros se acumulaban en las esquinas, y de los edificios solo quedaban los muros. Todo se veía de color gris o negro; Después del bombardeo, la gente salía a las calles para comprobar el estado de sus viviendas y si las personas que se habían quedado en la calle, seguían con vida. En muchas paredes, se podían observar carteles, colocados recientemente de los cuales muchos se habían roto o desgarrado a causa de las balas. En los locales de las esquinas, ocultos tras sacos de arena, se encontraban numerosos soldados fuertemente armados con fusiles y cañones.Otros en cambio, se intentaban comunicar con los refuerzos para que les prestasen ayuda. Oculto tras un árbol, un gigantesco carro de combate, defendía la zona de los ataques del enemigo, y a su lado, un cañón vigilaba el oscuro cielo de los aviones.
Daniel Vives Trujillo
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